Hola, en este artículo lo que se plantea es la necesidad de realizar sesiones de apoyo en el área de Educación Física con alumnos de necesidades educativas especiales.
1. PLANTAMIENTO DE LA CUESTIÓN.
Un colega de la Educación Física se quejaba porque había llevado a cabo
una iniciativa en la que pretendía ofrecer clases de apoyo o refuerzo en esta área,
con el beneplácito del Orientador del centro, a alumnos de necesidades educativas
especiales en su horario de guardia, formando grupos reducidos y sacándolos de
las clases de áreas en donde no tenían dificultades, pero esta iniciativa no ha sido
vista con buenos ojos por su Inspectora de Educación.
Ante este hecho podemos realizar las siguientes reflexiones:
2. REFLEXIONES.
La iniciativa como tal me parece muy interesante, yo la he llevado cabo en
varias ocasiones y mi Inspectora la aplaudió. Está claro que los criterios son
diferentes según las personas. Entiendo que la Inspectora del colega podría estar
pensando en varias cosas:
"Es absurdo realizar apoyo en Educación Física, existen otras áreas
instrumentales en donde estos niños tienen más necesidades". Pues si pensó así
demostró un desconocimiento total de la realidad educativa y de la enseñanza.
Normalmente los alumnos con necesidades educativas especiales suelen
tener grandes déficits en psicomotricidad, aspecto esencial para una correcta
formación de la inteligencia (no lo digo yo, lo dice Piaget) y para una adecuada
iniciación al resto de los aprendizajes escolares, especialmente los referidos a las
áreas instrumentales. Quizás éste sea el grave error de la intervención educativa
con estos alumnos, nos empeñamos en saltarnos fases evolutivas. Si el niño no
domina su cuerpo y no estructura el espacio y el tiempo difícilmente podrás
plantearle cualquier otro tipo de enseñanza, bueno si, durante su vida escolar se
dedicará a aprender a leer, escribir y realizar algunos cálculos sencillos. Es decir,
por querer ganar tiempo lo aburriremos perdiéndolo.
Seguir las fases evolutivas de la construcción del pensamiento o de la
inteligencia requiere empezar la casa por los cimientos, no por el tejado. Una buena
educación psicomotriz puede garantizar buenos resultados escolares, amén de
otros aspectos relacionados con la personalidad de los que se hablará más
adelante.
"La educación de los alumnos de necesidades educativas especiales debe
regirse por el principio de la integración, este profesor trata de aislarlos del grupo".
En efecto, tiene mucha razón, la integración social es un aspecto imprescindible en
la educación de estos niños", pero... ¿no lo es también su autonomía personal?,
Claro que si, autonomía personal e integración social son aspectos fundamentales
en la educación y formación de estas personas. Lo que ocurre es que cualquier
planteamiento didáctico debe seguir una secuencia lógica, y poca integración
podremos plantearle a estos alumnos si previamente no adquieren autonomía
personal. Mira por dónde, la Educación Física, además, es un medio ideal para
dotar de autonomía y autoestima al individuo.
Por tanto, considero que una intervención específica, a modo de apoyo o
refuerzo educativo, sobre estos alumnos es más rentable para ellos que una
integración social cuando se carece de autonomía personal. Así lo demuestra el
trabajo desarrollado por ciertas Asociaciones, tipo Síndrome de Down, así me lo han
demostrado las familias cuando he atendido a sus hijos de una forma
individualizada porque ellos han visto realmente los progresos y así se demuestra
cuando el niño con déficit motriz se queda descolgado de la clase de Educación
Física en cuanto se requiere un mínimo nivel de exigencia motriz del que carece.
Este retraso motor dificulta su integración social con los demás alumnos.
Se debe desarrollar una intervención precoz para dotar al niño de autonomía
personal si realmente queremos que en el futuro logre una mayor y real integración
social. Lo contrario suena a utopía, o lo que es lo mismo, es una acción que
restringe sus potenciales posibilidades formativas. Porque de esto se trata de
obtener el máximo, no de dotarle de unos mínimos.
La Sra. Inspectora recomendaba al colega que “bajase el nivel de exigencia
de sus clases para facilitar la participación de los niños y que adaptara los criterios
de evaluación a sus posibilidade”s. En este caso, tenía razón también, son medidas
que se deben adoptar. Pero también es cierto, que hay que tener en cuenta otras
cuestiones didácticas. Bajar el nivel de exigencia de las clases puede favorecer, a
priori, la integración de estos alumnos porque serán capaces de realizar más
actividades, lo que ocurre es que cuando el desfase es muy grande, el nivel se baja
tanto que el resto del grupo no alcanzan sus objetivos motrices y se aburren. Esta
claro que hay un conflicto de intereses.
Nuestro sistema educativo se sustenta en principios como la compensación y
la igualdad de oportunidades, entiende que se ha de atender al más necesitado, en
ello estoy totalmente de acuerdo. Pero compensar sin una lógica científica y
pedagógica puede ser, como hemos visto anteriormente, una intervención que no
logrará grandes cotas de compensación y que limitará las oportunidades de estos
niños.
Para estos alumnos el apoyo o refuerzo específico en el plano psicomotriz es
esencial, a mi juicio, más aún que en las áreas instrumentales, sobre todo cuando el
déficit motriz está acompañado de otras deficiencias cognitivas o mentales. Como
decía Piaget, el movimiento, en los primeros años de la vida del individuo, ayuda a
construir el pensamiento. La inteligencia sensomotriz y psicomotriz son la antesala
de esquemas de inteligencia más complicados, la lógica y la abstracción.
El modo de organizar la integración de estos alumnos es otra cuestión. Las
clases de Educación Física con el resto de sus compañeros son necesarias para
favorecer su integración social y porque a los otros les reporta la posibilidad de
desarrollar una gran variedad de contenidos actitudinales y valores provocados por
esta interacción. Es decir todos se enriquecen.
Pero también es necesaria una labor paralela de apoyo ejercida por el
profesional de la Educación Física, que debe disponer de una preparación más
específica en el plano motriz de la que pueda tener el compañero de Pedagogía
Terapéutica, que refuerce los aspectos psicomotrices de una forma más intensiva e
individualizada, ya sea en un pequeño grupo o de forma individual.
En estos casos las horas hay que sacarlas de algún sitio, se me ocurre varias
ideas, por ejemplo, ¡qué narices hace un niño que apenas sabe leer y escribir en
castellano aprendiendo un idioma extranjero! Volvemos a un conflicto de intereses.
¿Deseamos una formación mínima que no conduce a nada? o ¿preferimos una
formación integral que parta de la autonomía personal y de la integración social y
que pueda dar lugar a una formación en todos los ámbitos educativos más
completa?
Sin conocimiento y control corporal hay poca autonomía personal, sin
autonomía personal hay pocas posibilidades de integración social y de adquirir
aprendizajes instrumentales, sin integración social hay pocas expectativas de llevar
una vida que se aproxime a la "normalidad".
Estos alumnos tienen necesidades educativas especiales, y eso supone
realizar adaptaciones curriculares, pero también requiere otro tipo de adaptaciones
organizativas.
Por tanto, en base a estas necesidades primarias de tipo motriz, en
base a la autonomía organizativa y pedagógica de los centros y sobre todo en base
a la mayor calidad de educación de estos alumnos, querido colega tu labor está
totalmente justificada.
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