Azúcares
Éstos se encuentran en productos refinados e integrales de pastelería, galletas, algunos cereales y panes, refrescos, salsas y embutidos, entre otros. Para entender bien el efecto de estas sustancias en el organismo, es importante hacer un repaso de cómo funciona la regulación de la glucosa de la sangre:
El organismo necesita glucosa (azúcar) para cumplir todas sus funciones. Ésta proviene de los carbohidratos complejos que consumimos durante el día. Por ejemplo, cuando nos despertamos por lamañana nuestro nivel de glucosa es bajo puesto que hemos estado sin comer, aproximadamente, 8horas desde la cena. Si al levantarnos, para desayunar optamos por un café con azúcar, galletas y zumo de naranja, los niveles de glucosa de la sangre suben desproporcionadamente y de forma rápida. Esto es debido a que el azúcar presente en el desayuno pasa rápidamente a la sangre, aumentando exageradamente los niveles de esta sustancia en la sangre. Cuando esto ocurre, el páncreas produce insulina, la cual se encarga de bajar la glucosa. Sin embargo, la reacción es rápida causando un bajón y unos síntomas tan desagradables como agotamiento, irritabilidad, falta de concentración, somnolencia, malestar, mareo, y necesidad de comer algo dulce, tomar un café o fumar un cigarrillo.
Grasas saturadas, hidrogenadas y aceites fritos de semillas
Éstas se encuentran en el queso, leche y carne roja, margarina, comida "prefabricada" y bollería, respectivamente.
El cuerpo necesita un cierto tipo de grasas para sobrevivir y cumplir una serie defunciones vitales para el organismo. A estas grasas se les denomina "ácidos grasos esenciales". Este tipo de grasa reduce el peligro de cáncer, enfermedades cardiovasculares, artritis, problemas de piel y hormonales, depresión, y alergias, entre otros. Estos ácidos se dividen en dos familias: Omega 3 y Omega 6. Cuando se somete a altas temperaturas a los aceites o grasas poliinsaturados, como, por ejemplo, al freírlos, su estructura molecular cambia y pasan a convertirse en radicales libres o toxinas. Igual ocurre cuando se les añade hidrógeno para hacerlos sólidos (grasas hidrogenadas), como la margarina. Los productos lácteos y la carne, por otro lado, son altos en un tipo de grasa denominada "ácido araquidónico". Ésta favorece la inflamación y, al igual que acabamos de ver, bloquea la capacidad del cuerpo de metabolizar adecuadamente los aceites poliinsaturados.
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