FUNDAMENTACIÓN DEL PROBLEMA
El hecho de calificar mediante el resultado numérico en unas pruebas físicas, es un problema (Sáenz y cols., 1996) multifactorial. Uno de los factores surge del uso de modelos lineales de actuación (Delgado, 1991) donde la evaluación se centra en el producto y el medio principal que se utiliza para la evaluación son las pruebas físicas (Sáenz y cols., 1996).
Pruebas físicas entendidas como la realización por todos los sujetos de una tarea idéntica, con una técnica precisa, para la apreciación del éxito y del fracaso ó para la expresión numérica del grado de logro.
Sin embargo, habría que clarificar que los datos obtenidos mediante estas pruebas, pueden tener un sentido práctico y funcional. Éste sentido se refiere a la valoración y diagnóstico de los niveles de las cualidades físicas (Blázquez, 1994), para tender a que éstas se sitúen en niveles óptimos de salud. Y éste es el objetivo al que deberían tender estas pruebas.
Otro gran problema reside en la interpretación de los objetivos y contenidos de
Diagnóstico que está más acorde con modelos integradores de actuación (Sánchez Bañuelos, 1986; Delgado, 1991; Blázquez, 1994), donde se valora el proceso, y donde el rendimiento queda excluido categóricamente con referencia a la calificación, por cuanto será en las actividades extracurriculares donde éste debe ser buscado si así se desea.
TEST Y PRUEBAS FÍSICAS
Existe una gran gama de test y pruebas que los profesores de Educación Física usan como medio calificador. En caso de utilizar una calificación o valoración transversal (usando tablas estandarizadas) el problema se agudiza. Algunos de estos tests son:
1. Lanzamiento de balón medicinal.
2. Salto vertical y horizontal.
3. Course Navette.
4. Test de Cooper.
5. 50 metros lisos.
6. Test de Wells (flexión de tronco adelante desde sedestación)
7. Abdominales en 60 segundos.
Si entendemos que el uso de estas pruebas para calificar es una patología a extinguir, aún lo será en mayor medida si se utilizan comparaciones transversales (tablas categorizadas y estandarizadas de puntuación) para establecer la "nota".
Esto se debe a que la mayoría de los test no se caracterizan por el principio de igualdad, que debería estar presente en todos ellos. Con este principio nos referimos a que las características genéticas, antropométricas, etc., van a determinar el resultado logrado en el test, por lo que no es posible utilizar tablas estandarizadas de puntuación para calificar, puesto que supone cierto grado de discriminación.
Por ejemplo: un alumno muy alto tendrá una mayor altura de salida del balón medicinal y por lo tanto podrá llegar más lejos ante una misma aplicación de fuerza; en un salto horizontal, aquellos sujetos con las extremidades inferiores más largas, pueden ganar centímetros en la batida y recepción; En las pruebas de velocidad o resistencia, la genética puede hacer que el resultado esté muy determinado (por la mayor o menor proporción del tipo de fibras que influyen en el rendimiento de la prueba); la flexión de tronco desde sedestación dará un resultado u otro según los parámetros antropométricos de miembros superiores e inferiores, etc.
Así pues, podemos constatar las tremendas desigualdades que generan parámetros no modificables. ¿O deberíamos suspender a una persona que en un test de flotación ventral, se sumerge debido a su gran porcentaje muscular y óseo?.
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